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RAMÍREZ: EXPANSIÓN DEL TERRORISMO HA EXACERBADO INESTABILIDAD EN LA REGIÓN DEL SAHEL

Nueva York 25 de noviembre de 2015 (MPPRE).- Rafael Ramírez, Representante Permanente de Venezuela ante Naciones Unidas, enfatizó este viernes durante una reunión del Consejo de Seguridad sobre la estrategia de Sahel que "Venezuela ha expresado ante este órgano preocupación por la violencia armada, la expansión del terrorismo y la destrucción de las capacidades del Estado libio resultante de la intervención militar en 2011, lo cual ha generado inestabilidad en la subregión y otras zonas del mundo".
Ramírez señaló que la población civil de Libia y Mali son los mayores afectados por la inestabilidad política y la falta de la seguridad en la región africana del Sahel.
"Nos preocupa que grupos terroristas como Boko Haram y Al Qaeda, entre otros, hayan intensificado sus operaciones en la región del Sahel, trayendo como inevitables consecuencias del horror que diseminan, un aumento del número de desplazados y refugiados".
El diplomático venezolano destacó que debido a la compleja situación que se vive en Libia y Mali se han priorizado los esfuerzos en el financiamiento del sector de la seguridad pese a las críticas necesidades socioeconómicas que padece el pueblo de esta región.
"Al tiempo que reconocemos el acercamiento realizado por el Plan Estratégico de Respuesta Humanitaria en el Sahel para 2014-2016 de Naciones Unidas, a fin de responder a necesidades agudas y crónicas de la región, incluidas la creación de capacidad para los Gobiernos, nos preocupa que los programas humanitarios en el Sahel sigan estando infra financiados. En tal sentido, llamamos a la comunidad internacional a seguir comprometiéndose en los esfuerzos de movilización de recursos para aliviar las ingentes necesidades humanitarias en el Sahel".
Ramírez expreso que históricamente el continente africano ha sido objeto de ambiciones coloniales de naciones poderosas interesadas en saquear sus riquezas naturales, lo que ha costado el sufrimiento de sus pueblos.
A continuación el discurso íntegro del Representante Permanente de Venezuela ante Naciones Unidas, Rafael Ramírez, ante el Consejo de Seguridad referente a la Estrategia de Sahel:
Agradecemos a la Representante Especial del Secretario General y Jefa de la Oficina de Naciones Unidas para el Sahel por su presentación.
Señor Presidente,
De acuerdo con el Informe del Secretario General, la situación de la seguridad en la región sigue siendo inestable, resaltando la preocupación por la incidencia directa que sobre ella tienen las complejas realidades políticas de Libia y Malí, la amenaza terrorista de Boko Haram y otros grupos terroristas y el aumento del tráfico de droga y armas. Esta dinámica ha sido advertida de manera recurrente por Venezuela en este Consejo, y hemos manifestado preocupación por la violencia armada, la expansión del terrorismo y la destrucción de las capacidades del Estado libio resultante de la intervención militar en 2011, lo cual ha generado inestabilidad en la subregión y otras zonas del mundo.
En referencia a Malí, tal como lo expresamos en su oportunidad, Venezuela reconoce los esfuerzos de diálogo y negociación de las partes en el conflicto maliense, así como del Equipo de Mediación dirigido por Argelia, tras la firma en julio pasado del Acuerdo de Paz y Reconciliación en Malí, lo que redunda en avances considerables no sólo para el proceso político de ese hermano país africano, sino también para la estabilidad de la región. Al mismo tiempo, seguimos condenando la expansión del terrorismo, situación estructuralmente grave en el norte y centro del país, y de cuya expresión de violencia fuimos testigos la semana pasada en los atentados en Bamako, condenados de manera enérgica por este Consejo.
Este cuadro de inestabilidad política y de seguridad en Libia y Malí, así como el tráfico de armas pequeñas y ligeras, ha propiciado la generación de un peligroso caldo de cultivo en toda la región del Sahel, generadora de un clima de violencia exacerbada, que ha multiplicado la actividad criminal, el tráfico de armas y de drogas y el terrorismo, teniendo como principal víctima la población civil.
Nos preocupa que grupos terroristas como Boko Haram y Al Qaeda, entre otros, hayan intensificado sus operaciones en la región del Sahel, trayendo como inevitables consecuencias del horror que diseminan, un aumento del número de desplazados y refugiados. Por ello, esperamos que el esfuerzo sostenido en el terreno por el Equipo de Tareas Conjunto Multinacional contra Boko Haram logre sus objetivos en la lucha contra el terrorismo.
Desafortunadamente, los efectos de estos conflictos y amenazas ala seguridad ha obligado a los Estados de la región a priorizar la financiación del sector de la seguridad sobre necesidades socioeconómicas críticas, como es la atención a la situación humanitaria. En el Informe del Secretario General, se describen un conjunto de factores que reflejan las necesidades humanitarias de más de 20 millones de personas que habitan en esta región, entre los que se cuentan la violencia relacionada con los conflictos, la inseguridad alimentaria, las epidemias y los desastres naturales. Al tiempo que reconocemos el acercamiento realizado por el Plan Estratégico de Respuesta Humanitaria en el Sahel para 2014-2016 de Naciones Unidas, a fin de responder a necesidades agudas y crónicas de la región, incluidas la creación de capacidad para los Gobiernos, nos preocupa que los programas humanitarios en el Sahel sigan estando infra financiados. En tal sentido, llamamos a la comunidad internacional a seguir comprometiéndose en los esfuerzos de movilización de recursos para aliviar las ingentes necesidades humanitarias en el Sahel.
El rol desempeñado por Mauritania, Burkina Faso, Chad, Níger y Malí, como miembros del Grupo de los Cinco del Sahel, la Plataforma de Coordinación Ministerial, el Proceso de Nuachot y el Grupo Oficioso de Asociados Internacionales para el Sahel, ha sido muy importante en la puesta en marcha de políticas sociales y de seguridad en la región.
Insistimos en que se debe privilegiar el desarrollo sostenible y no la visión netamente militar en la región. No abordar las causas estructurales de los conflictos conduce a más violencia. Sólo con la atención sostenida a las causas raigales de los conflictos, como la pobreza, la falta de acceso a servicios elementales, la educación, el diálogo político y adecuado acompañamiento de los actores regionales e internacionales, puede garantizarse la paz y la seguridad confiable y sólida.
El Sahel, tanto por sus características geográficas como políticas, reúne inigualables condiciones para contribuir eficazmente a la solución constructiva y armónica de los grandes desafíos en materia de desplazamiento interno, refugiados y de flujos migratorios, los cuales han tenido en los últimos tiempos un significativo impacto humano en la región Mediterránea. Al tiempo que debemos atacar a las mafias del tráfico de personas que se aprovechan del drama de miles de excluidos, debe igualmente actuarse con coherencia política y moral al momento de impulsar políticas hacia el área, sin propiciar conflictos armados en base a intereses económicos. De esta manera, se evitarían las dramáticas consecuencias, y los posteriores lamentos, acerca del impacto interregional de crisis como las de los migrantes que se vive en la actualidad.
Reconocemos la importancia de los buenos resultados que ha significado el trabajo conjunto de las agencias especializadas de la ONU reflejados en el informe del Secretario General, particularmente el dirigido a mujeres y jóvenes como sectores especialmente vulnerables de los embates de la violencia, y cuyo fin es prevenir más conflictos armados y la propagación del extremismo violento; pero, sobre todo, amainar el sufrimiento de millones de personas excluidas de su derecho al desarrollo.
Señor Presidente,
Para finalizar, la riqueza en múltiples recursos naturales de África ha sido motivo histórico de ambición por parte de naciones más poderosas y su accionar colonialista, lo cual le ha valido incontable sufrimiento, traducido el estallido de cruentos conflictos y divisiones en la región. Las fórmulas de movilización de recursos y el financiamiento para las iniciativas y proyectos de desarrollo en la región del Sahel, tienen que estar fundadas en un espíritu de sostenibilidad y cooperación, en donde el protagonismo de la administración global como de los proyectos específicos lo ejerzan sus pueblos y gobiernos en conjunto con las agencias especializadas de Naciones Unidas y la Unión Africana, los cuales están llamados a liderizar este esfuerzo internacional.FIN

 

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